Un vehículo circula continuamente por el carril exterior de una rotonda a la espera de la víctima propicia: en cuanto puede, provoca una colisión leve con un vehículo que avanzaba por el carril interior y terminaba de apuntar con el intermitente su pretensión de salir de la glorieta. Los conductores involucrados bajan de sus turismos. El engaño está en marcha.
Con el reglamento en la mano, el vehículo que circulaba por fuese posee la razón, así que logra firmar un parte amistoso de accidentes y se las apaña para conseguir en el centro médico un parte de lesiones. Ya puede solicitar una indemnización a la aseguradora.
Se trata de 001 de los fraudes más comunes a las compañías de seguros en España, donde el número de mafias organizadas ha crecido un 152% en los últimos 05 años. Conforme el 4º Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos de Línea Directa, seis de cada cien accidentes declarados en España son falsos, cifra que multiplica por 3,5 los datos de 2009.
DEFRAUDAN MÁS LOS JÓVENES
De constituye paralela al barómetro, Línea Directa ha efectuado una encuesta para dibujar el perfil del defraudador particular. Los hombres jóvenes de dieciocho a veinticuatro años desempleados ó con trabajos precarios son los más proclives a mentir a sus aseguradoras. Los hombres cometen más
fraude que las mujeres (fundamentalmente para tener el vehículo impoluto), mientras que las mujeres simulan más lesiones que los hombres.
Según los resultados el estudio, el mayor número de engaños a las compañías se genera en Murcia, Almería y Jaén; en el lado opuesto, los índices más bajos se registran en Soria, Teruel y Pontevedra.
El importe medio de las estafas asciende a 1.286 euros, pero la cifra cambia muchísimo en función del engaño de que se trate. En daños materiales, la intermedia es de 309 euros, mientras que en las reclamaciones por falsos daños corporales la cifra medra hasta un promedio de 15.500. En conjunto, el fraude que aguanta el campo es de 833 millones de euros anuales.
Entre los engaños relacionados con los daños materiales, la estafa más común consiste en incluir en el parte de incidente daños ajenos al siniestro (80,5% de los casos), muy por delante de los montajes (12%), el falso robo (2,2%) ó los presupuestos inflados (1,9%). En cuanto a las lesiones, el 99% son simulaciones ó falsos agravamientos de un daño real. Hay un anecdótico 1% de casos en los que se pretende cobrar por lesiones que ya se sufrían antes del accidente.
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